Rescatemos al pequeño comercio

Había pensado comenzar este post con unos datos estadísticos del INE sobre la situación de los pequeños comercios o el ritmo de desaparición que han sufrido en los últimos cuatros años, pero prefiero no hacerlo porque esta situación se puede resumir con una sola palabra: escalofriante.

Como sabéis, el proceso de globalización económica, el comercio electrónico ha generado un mercado mundial en el que España, ha adquirido un protagonismo creciente en los últimos años. Sin embargo, ha producido otra situación que es bastante preocupante. La progresiva desaparición de pequeños comercios familiares que no han podido competir con grande superficies nacionales o internacionales. Todos podemos imaginarnos, aunque no seamos economistas los factores que han producido esta situación. La gran capacidad de maniobra que tienen las grandes superficies con sus márgenes, su gran disponibilidad de horarios y factores como el pago con tarjeta, son solo unas muestras.

Esta claro que no podemos cambiar las leyes del capitalismo y la sociedad de consumo. Por lo tanto, toda corrección de esta tendencia que genera tantos desempleados sin derecho prácticamente a prestación, que son los autónomos, pasaría por la actuación ciudadana voluntaria. Sé que pedir esto, es como esperar pacientemente que un olmo deje caer una pera.

¿Hay soluciones?

La única solución posible es la solidaridad y el consumo responsable del ya maltrecho, consumidor. Todos tenemos la capacidad de influir sobre nuestra capacidad de qué comprar y dónde comprar. Esta influencia colectiva puede generar que a lo mejor podamos comenzar a invertir el 50% de nuestro presupuesto para alimentación en pequeñas superficies de barrio. De esas en las que entras y te dan los buenos días, incluso por tu nombre.

Las compañías que suministran datáfonos para pagar con tarjeta, tal vez podrían reducir los importes del arriendo de este importantísimo aparato, o tal vez sea necesaria la implicación de ayuntamientos para que todos los comercios dispongan de posibilidad de pago con tarjeta.

En los próximos meses estaremos en el período más consumista del año. En nuestra mano está contribuir al excesivo enriquecimiento de unos o a la desaparición de la forma de vida de otros. No nos engañemos, con el ritmo de consumo actual, es difícil que los pequeños comercios puedan competir, pero si podemos hacer que en un futuro gracias a una acción colectiva nuestra, puedan hacerlo con garantías. Sobretodo seamos coherentes con esa idea tan extendida de que hay que emprender. Si hay que emprender ayudemos también a los que ya lo hicieron.

Por favor gastad la pasta en tiendecitas y seguid tomando cañas con los amigos o vuestras esposas o maridos.

Feliz puente