¿Para qué sirven los estudios de Humanidades?

Pues precisamente para no tener que preguntarnos para qué sirven los estudios de humanidades. ¿Alguien se preguntaría para qué sirven los parques infantiles o jardines en una sociedad civilizada o para qué sirven los teatros?

Es un debate que está quedando relegado a algunos “outsiders” a los que todavía nos preocupa esta cuestión tan importante. Pero la verdad es que la progresiva degradación de los estudios de humanidades en España en los últimos años a nivel de secundaria y universitario ha generado un daño social difícilmente reparable en las próximas décadas. En un momento en el que gran parte de nuestra asimilación cultural está servida en 140 caracteres (sin discutir sus beneficios) y la infoxicación nos ha llevado a déficits insuperables de pensamiento crítico, yo reivindico los estudios de humanidades en cualquiera de sus modalidades como vía a la autonomía personal dentro de un entorno social de absoluta desinformación y anomia.

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Hace unos días me preguntaba hablando con un amigo por qué no se ha producido -afortunadamente- una revuelta social en España con todo lo que está ocurriendo. Pudimos llegar a la misma conclusión: la vasta invasión de noticias escandalosas y vergonzantes ya ha perdido efecto. Hemos asimilado que la corrupción forma parte del sistema como algo natural. Las noticias ya no tienen impacto.Ya no nos preocupa.Recibimos una media de tres mil impactos visuales al día a través de tablet, móviles y pc’s. Cuando se desarma a una sociedad de la posibilidad de desarrollar un conocimiento analítico y crítico se le está coartando la posibilidad de renunciar y cuestionar los valores heredados de sus padres y abuelos que muchas veces necesitan ser revisados. Cada vez tenemos más claro que esta crisis entre otras cosas, ha sido una crisis de valores.

Afortunadamente las nuevas generaciones en España nos estamos adentrando en el terreno de la interculturalidad. Lo que nos han arrebatado en escuelas y universidades le tocará descubrirlo por su propia cuenta a quien decida salir de España. No hace falta más que estar fuera de España dos semanas para darse cuenta de lo grave que es lo que ocurre aquí. Poco a poco vamos abandonando la manida y cateta frase de –»Como en España en ningún sitio»- Nos ha tocado viajar, aprender inglés, movernos por webs internacionales y tomar el pulso a un mundo cada vez más cambiante. Nosotros somos los únicos responsables de reconstruir de nuevo los valores de una sociedad en estado vegetativo. Pero antes nos toca generar de nuevo el debate en torno a para qué sirven los valores y de donde provienen. Yo adelanto mi propuesta de que los valores vienen directamente de la interacción de nuestro conocimiento y experiencia común como sociedad. Identificar estos factores es inviable sin tener una estructura de pensamiento crítico bien vertebrada desarrollada por los estudios de humanidades desde una corta edad. Tal vez haga falta un empuje por parte del profesorado a la hora de expandir por su propia cuenta las exiguas exigencias de contenidos de humanidades de los planes de estudios actuales en ESO y Bachiller,.

Defendamos los fundamental y lo elemental. Sin más.