Nadie se sorprenderá si afirmo que en España nos comunicamos mal. La razón puede estar en parte en nuestro memorístico sistema educativo, nuestro excesivo aplomo verbal; y tal vez, en lo que podríamos llamar el temperamento mediterráneo o latino.
Esta torpeza dialéctica que nos afecta en mayor o menor medida sería una simple curiosidad, si no fuera porque esta falta de pericia comunicativa afecta a nuestras relaciones personales y laborales. Estas habilidades dialécticas y comunicativas son decisivas para encontrar empleo.

Letras chinas
En el siguiente listado, me he limitado a exponer cuáles son los pecados que tenemos en nuestra comunicación oral en nuestro país basándome en mi intuición, observación y experiencia. Es decir, no es fruto de un sesudo estudio universitario, pero creo que much@s podréis identificar algunas claves. También, me he basado en observaciones de personas de otros países y en lo que he observado en otros países.
- Priorizamos el efecto al contenido: cuando estamos en grupo buscamos las palabras más impactantes antes de utilizar las más precisas. ¿Cuántas veces te han dicho, te voy a decir una cosa…, y luego escuchar una tontería? Siempre hay alguien que exclama: “Así se habla” cuando alguien ha hablado claramente y sin tapujos sobre un tema del que no se ha atrevido a opinar.
- Falta de paciencia e interrupciones, muchas interrupciones: no hay más que ver determinadas tertulias televisivas y de barrio. Es complicado construir un argumento que requiera algo de paciencia.
- Buscamos tener la razón y solemos tomarnos cualquier cosa como algo personal: aunque el debate sea absurdo y no tenga una solución visible y clara, por lo relativo; siempre queremos llevarnos el gato al agua.
- Depredador@s dialécticos: es aquel o aquella que busca quedar por encima en cualquier situación del tipo que sea y decir la última palabra. Utilizan todo tipo de argucias no siempre transparentes para obtener ese resultado. Normalmente gritan, sueltan migas desde la boca y dicen tacos.
- Hablar altísimo: normalmente en un grupo de más de cuatro se tiende a hablar para que te oigan a diez metros. Lo más embarazoso es cuando se habla a gritos a una persona extranjera pensando que así nos entiende.
- Juramos y buscamos fuentes que confirmen nuestros argumentos como si fueran irrebatibles. ¿Cuántas veces hemos contrastado algún dato en la Wikipedia como si se tratara del oráculo moderno?
- Exageramos y somos propensos a la fantasmada: suele ser en contextos especiales como bodas, bautizos y comuniones. Cuando se ha terminado de hablar del fútbol o de los invitados, comenzamos a tirar fuegos artificiales sobre cualquier cosa que nos haga destacar.
Espero que os haya gustado. Ante todo, asumamos esto con sentido de humor y con gracia, que falta nos hace. Por supuesto y como es natural, cualquier artículo sarcástico cae en la simplificación y en el prejuicio.Éste no va a ser distinto.
Quedo a la espera de vuestros comentarios sean del tipo que sea.
Así se habla, Fernando.
Te voy a decir una cosa, es más, no te la voy a decir.
Un saludo
Antonio, lo mismo que te digo una cosa, te digo la otra.. ;D